Si no tuvieras dinero, ¿qué usarías para pagar por tu comida favorita? En la década de 1970, un restaurante familiar en Ontario, Canadá, usó sus delicias caseras para hacer intercambios con otros comerciantes de su comunidad y, sin saberlo, se hizo de una valiosa obra de arte. Como pago por sus deliciosos sándwiches de queso a la parrilla, Irene y Tony Demas recibieron una pintura de la artista folklórica canadiense Maud Lewis. Hoy, esa pintura vale más de 250,000 dólares.
Los Demas recibieron esta obra de parte de un pintor y coleccionista de arte inglés llamado John Kinnear, que se hospedaba en London, Ontario, con su esposa, Audrey. Kinnear amaba los sándwiches de queso a la parrilla; particularmente, los que preparaban los Demas, que tenían queso cheddar añejo y pan recién horneado. Además de recibir dinero en efectivo por sus sándwiches, los Demas aceptaban obras de arte. En una de estas ocasiones, Kinnear llegó con una inusual colección de pinturas.
“Me senté en silencio durante bastante tiempo. Nunca antes había visto obras de arte como esas. Al principio, pensé que podrían estar haciéndome una clase de broma. ¿Acaso fueron hechas por niños?”, dijo Irene, refiriéndose al estilo claramente infantil de las pinturas. En cambio, Kinnear explicó que las piezas fueron hechas por una mujer pobre de Nueva Escocia llamada Maud Lewis quien, en ausencia de materiales de pintura adecuados, creó obras de arte con todo lo que pudo encontrar. Esto a menudo significaba recurrir a trozos de madera y pintura que le sobraba a los pescadores para sus barcos.
A pesar de su origen humilde y materiales escasos, Lewis plasmó escenas vibrantes de la vida en Nueva Escocia, con las que celebró la belleza natural de la zona. Cuando se le mostró una serie de obras de arte de Lewis, Irene Demas se inclinó hacia la obra titulada Black Truck, en la que un un vehículo negro atraviesa un calle bordeada de árboles y flores. Como estaba embarazada en el momento de la compra, Irene usó el cuadro para decorar la habitación de su hijo. La obra permaneció ahí durante años, hasta que la pareja decidió ponerlo a la venta en 2022.
“Mi esposo tiene 90 años y no creo que tenga otros 50 años para aferrarme [al cuadro]”, explica Irene. “Mis hijos dicen, usa el dinero y viaja y simplemente disfruta de la vida”. La pintura se vendió en mayo de 2022 a través de Miller & Miller Auctions por 350,000 dólares canadienses (o 273,432 dólares estadounidenses).
Irene y Tony Demas, una pareja restauranteros canadienses, se hicieron de una pintura de la artista popular canadiense Maud Lewis.
La pintura les fue entregada el coleccionista de arte John Kinnear como pago por sus sándwiches de queso.
La familia Demas conservó la pintura durante décadas y finalmente la subastó este año por 350,000 dólares canadienses (o 273,432 dólares estadounidenses).
h/t: [The Guardian]
Todas las imágenes vía Miller & Miller Auctions.
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